Los talleres españoles atienden una media de casi 5 millones de reparaciones al año por problemas relacionados con la carrocería, sin embargo cada vez realizan menos operaciones por golpes delanteros. Y es que en los últimos diez años los impactos delanteros han pasado de representar el 54% de los siniestros al 33%, gracias principalmente a la evolución tecnológica de los elementos de seguridad de los vehículos (sensores de aviso de colisión, control de velocidad adaptativo, etc.), según Audatex, compañía experta en el desarrollo de soluciones digitales para el sector posventa.
Por el contrario, los impactos traseros han pasado a ser ahora los más habituales. En concreto, si en 2006 suponían el 30% de los siniestros ahora son el 49%. Los laterales, en cambio, se mantienen en torno al 18%.
Por otro lado, en función de cómo sea la colisión y los daños en el vehículo, en ocasiones no queda más remedio que sustituir las piezas, pero otras veces en cambio sí es posible su reparación. Cuando esto ocurre, según los datos de Audatex, el panel lateral trasero es la pieza más reparada de todas las que conforman la carrocería. Los conductores se enfrentan en este caso a un coste medio de 118 euros.
En estas embestidas, es decir, cuando un coche golpea a otro en su parte lateral, sufren también mucho otras partes de la carrocería como la puerta delantera y la aleta delantera. Sin embargo, en ambos casos el gasto es inferior, 93 euros y 72 euros, respectivamente.
Otro típico golpe de ciudad, el choque por alcance, deriva en ocasiones en una visita al taller en la que el paragolpes trasero y el delantero se ven abocados a una reparación. En estos casos, los conductores se verán obligados a desembolsar más de 100 euros.
Sin embargo, cuando de coste se trata, la reparación más cara es la que concierne al techo, en cuyo caso la operación se eleva a más de 180 euros. Esta es la pieza más costosa con diferencia, pues la siguiente, el faldón trasero, cuesta repararla de media casi 145 euros.
La carrocería absorbe no solo los golpes en caso de siniestro, sino además 28 de cada 100 euros de lo que cuesta de media una reparación en un taller. Este dinero tiene además muchas probabilidades de ser abonado por el dueño de un coche nuevo o joven, de hasta cinco años. Y es que estos vehículos de corta edad son responsables de casi cuatro de cada diez reparaciones de carrocería en España, a pesar de que representan menos del 20% del parque.
El hecho de que estén cubiertos en esos primeros años por la garantía del fabricante y también mayoritariamente por pólizas a todo riesgo explican que sus entradas al taller sean más frecuentes. Asimismo, un vehículo de corta edad es más propicio a recorrer kilómetros, hasta cuatro veces más que uno de diez años, por lo que su desgaste también es mayor. Y, de hecho, estos coches jóvenes están aumentado su kilometraje, un 3% más hasta octubre en comparación con el mismo periodo de 2014.