¿Qué cautelas debo tener a la hora de reparar un automóvil? ¿Cómo puedo identificar un taller legal del que no lo es? En primer lugar, la ley obliga a los talleres a tener y mostrar de forma clara y visible la correspondiente identificación que demuestra que es un taller autorizado. Debe constar su número de identificación en el registro industrial y su actividad. En dicha placa aparece indicada la especialidad pues no todos los talleres están preparados y autorizados para realizar todas la operaciones: mecánica, electricidad, carrocería, pintura….
Más cuestiones: el taller debe entregarle un resguardo de depósito del vehículo. Debe guardarse. Así, si sucediera algún percance como un robo, incendio en el taller, inundación, etc…, se podrá realizar la correspondiente reclamación. Conviene, además, apuntar los kilómetros con los que deja su vehículo, para evitar usos no autorizados.
Hay que pedir presupuesto. Pregunte por el coste de los diferentes servicios y el precio de la mano de obra por hora de trabajo. El presupuesto por escrito; nada verbal, porque las palabras se las lleva el viento….. Dicho documento debe ser aceptado y firmado antes de que se realicen las operaciones necesarias.
La factura es obligatoria. Debe ser clara y estar detallada, comunicando las piezas que han sido cambiadas/raparadas, con especificación de los gastos, arreglos y horas de trabajo invertidas. Debe incluir el correspondiente pago del IVA.
Todas las reparaciones tienen una garantía legal de 3 meses ó 2.000 kilómetros, salvo que la pieza tenga una garantía superior. Además, hay talleres que ofrecen una garantía adicional.
El taller siempre debe utilizar piezas de recambio nuevas. Ahora bien, en caso de común acuerdo entre las partes se pueden usar piezas de segunda mano. Dicho esto, hay excepciones: cuando se trate de elementos que afectan a la seguridad activa como la dirección, las suspensiones o los neumáticos, no se pueden utilizar recambios usados.
Pregunte si tiene dudas. La relación entre mecánico y cliente debe ser una relación de confianza. La transparencia entre el taller y el usuario deben ser máximas. Coja los datos del taller, como el teléfono y el correo electrónico, para mantener una comunicación fluida con el taller por si surge alguna duda, aclaración o preocupación añadida.