fumar-coche

Encender un cigarrillo supone localizar el paquete, abrirlo, usar el mechero… y llevar durante varios minutos una sola mano en el volante (salvo los instantes en que uno sostenga el pitillo con la boca). Ninguna ley lo prohíbe, a pesar de ser una fuente de distracciones y posibles accidentes e incendios. Pero fumar al volante es peligroso y, además, puede salir muy caro a tu bolsillo y al medioambiente. Si no la encestas en el cenicero y rueda a su antojo por el habitáculo, es fácil quemarte tú mismo o hacer lo propio con la tapicería del asiento o con una alfombrilla. Pero si la arrojas fuera del coche, las consecuencias podrían ser mucho peores. Cualquier colilla mal apagada (por fumar al volante o como pasajero) encontrará pronto algún aliado en el suelo para provocar un incendio. Tirar desperdicios por…