Debido a la crisis, los usuarios de automóviles han visto mermada su economía para la adquisición de un nuevo vehículo y han optado por alargar la vida útil de su coche. Por este motivo, la elección de un taller se ha convertido en una difícil tarea para el usuario, que siempre busca aquél que le ofrezca calidad en sus servicios con un presupuesto más económico.
Según indicadores empresariales la economía va mejorando y los usuarios ya no sólo miran el plano económico, sino que también tienen en cuenta diversos condicionantes a la hora de elegir un taller. En primer lugar, la imagen. Debe de ser atractivo para el cliente y que no se lleve una mala impresión del establecimiento. Cuidados como la limpieza, el orden, la decoración o la presentación del personal, deben de ser factores a considerar.
Por otro lado, todos los talleres deben de tener las licencias y certificados que exige la ley. Y a la vista. Según el tipo de taller se tendrá que cumplir unos requisitos u otros, cumpliendo con los estándares de servicio y calidad.
Hay que tener especial cuidado, además, con la publicidad del establecimiento y de los servicios que se ofrecen. Los clientes pueden ser los mejores o peores prescriptores. El conocido “boca a boca” funciona tanto para bien como para mal.
Los talleres que están a la vanguardia en el terreno tecnológico, que trabajan con programas o herramientas informáticas, dan un servicio más rápido, eficaz y productivo.
La especialización es importante. Existen talleres marquistas y multimarca. Otras divisiones de este apartado son: talleres de mecánica general, de mecánica integral (mecánica y carrocería), carrocería (chapa y pintura), de neumáticos y de mecánica rápida.