Un coche es la clave en la movilidad diaria de cualquier persona, es por ello que las grandes compañías del sector quieren evolucionar creando automóviles inteligentes cambiando sus connotaciones agresivas contaminantes para convertirse en cómplices amigables. Para ello, han comenzado por la optimización del combustible, ya los precios tanto de gasóleo como gasolina están ascendiendo – salvo momentos puntuales como las últimas semanas- y tienen en cuenta las restricciones de acceso al centro de algunas ciudades.
Las compañías del sector saben que los combustibles fósiles tienen los días contados por ello apuestan por nuevas fuentes de energía renovables, lo que implica una modernización e inversión en nuevas tecnologías que vayan acercando el automóvil a la sostenibilidad.
Tras estos antecedentes, se crean e-coches, como el último en llegar el Audi Sportback e-tron, que es el primero híbrido enchufable de la marca que combina gasolina y electricidad. Así se puede de disfrutar del híbrido en ciudad y de las prestaciones de un modelo convencional para trayectos de mayor distancia.
Este tipo de coche exige una mayor concentración ya que hay que acelerar siempre a punta de gas mimando el pedal, calcular si el semáforo se va a poner rojo para desacelerar antes y llegar a vela cargando las baterías…, alargar las frenadas y parar con suavidad para recuperar más energía…
Al margen de las ventajas medioambientales, también evita inconvenientes como el pago de tasas por contaminación, o la prohibición de acceder a determinadas ciudades, como las medidas que ha tomado México o París cuando los resultados de polución superan los permitidos. Esto se debe a que los modelos de baterías están exentos de pagar dichas tasas, que en los últimos años han ascendido entre un 7% y un 22% en España, según la OCU, y van a seguir haciéndolo de forma exponencial en un futuro más o menos cercano.
Pero estos coches necesitan de una fuente de alimentación y son cada vez más las ciudades que se adaptan a este tipo de vehículos, aunque todavía hay pocos.