Los amortiguadores, junto a los neumáticos son uno de los elementos de seguridad del automóvil que más influyen en la estabilidad y agarre del vehículo. Mantenerlos en optimas condiciones evitará reparaciones más costosas así como accidentes de circulación. La sensación de estabilidad y confianza en la conducción que nos aporta los amortiguadores es mayor incluso que la que nos proporciona unos neumáticos nuevos.
Para saber si tus amortiguadores están en buen estado, (tampoco hay que obsesionarse) ya que son elementos que según el uso su durabilidad es muy elevada, puedes realizar la típica prueba del rebote, donde si el vehículo “barquea” más de la cuenta, evidentemente hay un defecto en los amortiguadores, pero seguramente ya lo hayas notado antes, durante la conducción en curva o por los dichosos badenes que inundan nuestras carreteras.
La elección de los amortiguadores de un coche va en función del tipo de prestaciones que busques durante la conducción, unos amortiguadores duros proporcionan mayor sensación de agarre y deportividad pero también mayor dolor de espalda “y alguna fractura que otra en la dentadura”, al revés ocurre con unos amortiguadores blandos, que aportan mayor sensación de confort (perfecto para dormir) pero según en qué circunstancias puede hacer creer que vas a volcar. Ideal sería una elección intermedia o un sistema inteligente de amortiguación, que también los hay, pero eso es otra historia… y otro coche.
Algunas de las recomendaciones que podemos aportar para conservar los amortiguadores es el tipo de conducción según el terreno, evidentemente que en una carretera “perfecta” allí donde las haya, no hay que tomar medidas, sino disfrutar, pero ¿cuando la carreteras es como las que transitamos?. Si tomamos como base que los amortiguadores están diseñados para contrarrestar botes, podemos pensar que por los badenes (por molestos y dañinos que parezcan) los amortiguadores no sufren y es cierto, al igual que con los baches. Lo que más sufre en estos casos son las llantas, neumáticos o elementos de unión “silentblocks” del conjunto mecánico. Donde realmente se ve comprometida la vida útil de un amortiguador es en la fatiga que pueda sufrir por frecuencia, en decir caminos de tierra, calles adoquinadas, empedradas, mal asfaltadas etc. En definitiva todo lo que eleve la frecuencia de uso y fatiga, como es el caso de la ilustración.
Por tanto, por menos molestas que parezcan estas circunstancias, hay que “andar” con más cuidado (en general más despacio) en estas condiciones.
Gestirep, pensando en tu vehículo.