La niebla, la lluvia, la falta de luz y la fatiga son riesgos de siniestralidad a los que nos enfrentamos los conductores en esta época del año para no tener un accidente. Aunque todos conocemos las inclemencias del tiempo, no siempre valoramos sus riesgos. La aseguradora Allianz ha publicado una serie de consejos para conducir bajo estas condiciones climáticas.

Niebla o mala visibilidad por lluvia

Siempre que no se distingan vehículos a menos de 50 metros por mala visibilidad, el coche debe llevar además de las luces ordinarias, las antiniebla traseras activadas.

Con visibilidad defectuosa no se debe uno guiar nunca por las luces traseras del coche precedente sino por señales o líneas de la carretera.

 Tiempo sin llover

Cuando llueve después de meses de sequía, en la calzada hay acumuladas hojas de árboles, residuos oleosos y restos de goma de neumático que no desaparecen hasta que una lluvia contundente lo arrastra; por tanto el firme es más resbaladizo y es más importante el estado de los neumáticos.

Sueño y cansancio

La falta de luz del día hace que las personas tengamos más sueño y además, en esta época, abundan los catarros. Por todo ello nuestros reflejos están reducidos y la conducción nos supone a todos un esfuerzo de concentración. Hay que aumentar la atención y las precauciones para no tener un accidente.

En viajes largos, para evitar el cansancio, se recomienda parar cada dos horas e incluso hacer ejercicios de estiramiento durante esta parada.

Un consejo para mantener el nivel concentración en la carretera y evitar que se cierren los ojos es que el organismo esté debidamente hidratado. Por tanto se recomienda beber bastante agua en los viajes.

Circular bajo la lluvia

Muchas de estas recomendaciones son de sentido común: contar con unos neumáticos que estén en buenas condiciones y con la presión correcta y comprobar que los limpiaparabrisas no están gastados (que el vehículo esté correctamente revisado por un taller o especialista); conducir despacio y señalizando con mucha antelación los movimientos del vehículo; evitar las frenadas contundentes (hay que presionar el pedal con más suavidad en estas situaciones); y esquivar calles y carreteras encharcadas, si es posible.

 

Fuente; www.coches.net

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